La preparación de moldes Los dinosaurios

Cuando resulta que los huesos de un dinosaurio revisten un interés especial (tal vez porque se trata de una forma nueva, o de una muy bien conservada) a veces los paleontólogos deciden hacer copias.

La idea consiste en hacer réplicas de los huesos que sean lo más exactas y realistas que sea posible. En primer lugar, hay que hacer moldes de los huesos originales. Hay que hacerlo con mucho cuidado, para no dañar los especimenes. En la actualidad, los moldes suelen hacerse con plásticos flexibles que se separan con facilidad del hueso, y después de la pieza fundida. Antiguamente, todo el proceso se realizaba con escayola común, pero los resultados eran más bastos.

El problema principal para realizar el molde de un hueso es, aunque parezca sorprendente, realizar la forma del molde. Un molde siempre ha de estar formado por dos o más pieza que se deben ajustar a la perfección cuando se echa el material fundido, para que no se produzcan distorsiones, pero que después se tienen que separar por completo. El diseño del molde es bastante sencillo en el caso de los típicos huesos de las extremidades o las vértebras, porque se pueden realizar en dos mitades coincidentes, con dos pequeñas protuberancias y cavidades a lo largo de la línea de unión, para mantenerlos estrechamente unidos mientras se echa el material. Cuando se trata de un espécimen sin una forma tridimensional más compleja, como un cráneo o un cinturón pelviano, se requiere un trabajo mucho más minucioso. Se pueden hacer moldes de doce o más piezas separadas, todas las cuales tienen que encajar a la perfección, y que luego se han de separar en una secuencia controlada cuando el material se haya endurecido en el interior del molde.

Las piezas fundidas de los huesos se suelen hacer con algún tipo de compuesto duro de plástico o escayola. Las réplicas de huesos grandes incluso se pueden hacer con fibra de vidrio. Presenta muchas ventajas con respecto al anticuado yeso blanco: la pieza es mucho más resistente y es capaz de soportar un tratamiento más brusco; suele ser más ligera y fácil de manipular; y se puede colorear y tratar antes de que se endurezca, para imitar el aspecto de los huesos reales. Antiguamente, los artistas tenían que pintar la superficie exterior de la pieza fundida de yeso para imitar los colores de los huesos fósiles, pero no podían reproducir la pátina, y en cualquier desconchado o golpe dejaba marcas blancas. La mayoría de los dinosaurios que se exhiben en los museos son copias de gran calidad, y las más recientes son muy difíciles de distinguir de los auténticos, a no ser que se realice un análisis detallado.

Se pueden hacer muchas piezas fundidas a partir de un solo molde. Los grandes museos de dinosaurios suelen tener en existencia las réplicas de sus mejores especimenes, para realizar montajes e intercambios múltiples. Un solo esqueleto original a veces da origen, de esta manera, a docenas de copias casi idénticas. Entonces se pueden intercambiar grupos de huesos con otros museos que necesiten un determinado ejemplar para exponerlo o estudiarlo. También se pueden hacer exposiciones con varios esqueletos pertenecientes a una sola especia de dinosaurios, dispuestos en diferentes posiciones, realizados todos a partir de copias del mismo esqueleto original.

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