Las pisadas de los dinosaurios

La segunda categoría más frecuente de fósiles de dinosaurios comprende las pisadas, bien aisladas o bien en una secuencia. Estas se denominan huellas fósiles porque constituyen una muestra de la actividad de los dinosaurios, para diferenciarlas de los fósiles corporales,

que comprenden los huesos, los dientes y otras sustancias del cuerpo animal. La distinción entre fósiles corporales y huellas fósiles se aplica a todos los demás tipos de fósiles: las hojas preservadas, los troncos de árboles, las cochinillas y las cutículas de los insectos son fósiles corporales, mientras que los rastros de los gusanos, los agujeros de los erizos de mar y los excrementos o coprolitos son huellas fósiles.

Se conocen huellas de dinosaurios procedentes de numerosas localidades y de rocas de todas las edades, durante el Mesozoico. En muchos casos se encuentran abundantes huellas en formaciones geológicas que carecen de huesos fósiles, de modo que proporcionan una información muy útil sobre la distribución de estos animales. Además, las pisadas se pueden identificar con bastante facilidad. Cada grupo importante de dinosaurios tiene las patas delanteras y traseras de formas diferentes, y de este modo sus pisadas tenían una forma característica.

Por lo general, no se puede reconocer a ciencia cierta cuál es la especie exacta que ha producido una determinada pisada, pero suele ser posible identificar la familia o el género. Otro valor de las pisadas de los dinosaurios, probablemente el más importante, es que proporcionan una información única sobre varios aspectos biológicos de la criatura y sobre su comportamiento.

Los coprolitos son el otro tipo importante de huellas fósiles de los dinosaurios. Asimismo, ofrecen información sobre su distribución; a falta de esqueletos, nos pueden decir que un lugar determinado hubo dinosaurios. También nos informan sobre su alimentación, ya que se los puede analizar para revelar su contenido: hojas, tallos y semillas para los herbívoros, o huesos y dientes rotos en el caso de los carnívoros. A menudo se puede identificar la especie por los restos vegetales o animales que están presentes en los coprolitos, lo cual permite un análisis preciso de la dieta reciente del dinosaurio.

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