Conozcamos el Protoceratops

Protoceratops llego a medir 1,8 metros de largo, 60 centímetros de alto hasta la cruz y un peso 60 kilogramos. El gran número de estos animales encontrados en grandes concentaraciones hace pensar que vivieran en manadas.

Protoceratops estaban emparentados con el Leptoceratops, un protoceratopsido que habitaba en Norteamérica. Algunas revisiones, como la de Peter Dodson, atribuyen la diferencia de tamaño y forma de algunos huesos craneales – concretamente el parietal y el escamoso – a la existencia de cierto dimorfismo sexual, además de la edad.

Su aspecto debió ser intimidatorio a pesar de su relativo pequeño tamaño, ya que su cabeza estaba protegida por una maciza placa y su boca poseía un afilado pico. La cola tenía una longitud considerable y era gruesa. La reconstrucción del esqueleto indica que este animal era cuadrúpedo. La placa, además de proteger de posibles ataques frontales, probablemente fuera un elemento más del cortejo durante el periodo de apareamiento.

Los músculos de la mandíbula eran prominentes, capaces de realizar una gran fuerza. De esta manera era capaz de arrancar las plantas y hojas de las que se alimentaba. Después masticaba los alimentos con sus hileras de fuertes dientes.

Protoceratops era un relativamente pequeño dinosaurio con una enorme cabeza. Aunque fue un herbívoro, Protoceratops parece haber tenido una poderosa mordida. Estas mandíbulas tenían grandes baterías de dientes bien adaptados para masticar la vegetación resistente.[2] El cráneo terminaba en un pico frontal muy fuerte y estba perforada en cuatro pares de ventanas . El primer agujero era las narinas, que era la considerablemente más pequeño que las vistas en los géneros posteriores. Protoceratops tenía una órbita ocular grande, que midia alrededor de 50 milímetros de diámetro.Detrás del ojo era una ventana levemente más pequeña, la fenestra infratemporal.

Este dinosaurio cuadrúpedo tenia una gola ósea en la paarte posterior de la cabeza. La gola en si estaba perforada por dos grandes fenestras parietales, en las mejillas sobresalian grandes huesos yugal.El tamaño exacto y la forma de la gola del cuello variaron en cada individuo, algunos especímenes tenían golas cortos y compactas, mientras que otros las tenían de una longitud de casi mitad del cráneo. La gola consiste sobre todo en el parietal el y parcialmente en el escamoso. Algunos investigadores, includidos Peter Dodson[4] atribuye las diferencias de tamaños y formas de los huesos a el dimorfismo sexual y a la edad del especimen.

Historia
Protoceratops y Velociraptor en combate.En 1922 una expedición científica que buscaba a los ancestros humanos en el desierto de Gobi de Mongolia, encabezada por el explorador estadounidense Roy Chapman Andrews, encontro los primeros restos. Fue el fotógrafo, J.B. Shackelford, del grupo el que consiguió encontrarlos. Además, se encontrarón los primeros huevos de dinosaurios . Este descubrimiento demostró por primera vez que los dinosaurios eran ovíparos, anteriormente, aunque se considerara que los dinosaurios eran reptiles, no se sabía como estos animales se reproducían. En un nido se encontraron cerca de una treintena de huevos, por lo que se pensó que varias hembras de Protoceratops usaban el mismo habitáculo. Durante mucho tiempo se pensó que el Oviraptor robaba los huevos de estos animales, sin embargo, en 1993 se descubrió un embrión de Oviraptor dentro de esos supuestos huevos de Protoceratops. Aunque no se encontraron fósiles de humanos primitivos, la expedición, recolecto muchos especimenes de Protoceratops junto a los restos de los terópodos: Velociraptor, Oviraptor, y el más primitivo aun ceratopsiano Psittacosaurus.

Recreación artística de un velocirráptor y un protoceratopo enzarzados en un combate mortal, basándose en los especímenes de los «Dinosaurios Luchadores».Walter Granger y W.K. Gregory describieron formalmente la especie tipo, P. andrewsi en 1923, el nombre especifico es en honor a Andrews. Los restos provenían de la Formación Minhe, Gansu, Mongolia interior] Zizhiqu, China. Los investigadores inmediatamente notaron la importancia de los descubrimientos de Protoceratops, y el género fue descrito como el «tan buscado ancestro de Triceratops».Los fósiles se encuentran en excelente estado, con el anillo esclerotico, unos delicados huesos de la orbita ocular, preservados en algunos de los especimenes.

En 1971, un fósil de este dinosaurio fue encontrado entrelazado en combate con un Velociraptor en la Formación Djadochta en Omnogov Mongolia. Se cree que los dos murieron simultaneamente, mientras peleaban, cuando o fueron sorprendidos por una tormenta de arena o enterrados cuando una duna se derrumbó encima de ellos.

El 1975, los paleontólogos polacos Teresa Maryanska y Halszka Osmólska describieron una segunda especie de Protoceratops, del Campaniano de Mongolia, al que llamaron P. kozlowskii.Sin embargo, consistían en restos incompletos de un ejemplar juvenil, y hoy en considerada sinónimo menor de Bagaceratops rozhdestvenskyi.

En 2001, una segunda especie válida, P. hellenikorhinus, fue nombrada proveniente de la Formación Bayan Mandahu en Mongolia interior, China y también es datada del Campaniano. Esta es probablemente tan larga como P. andrewsi, teniendo una significativamente distinta gola, teniendo cuernos yugales más robustos. El arco del hueso sobre sus ventanas de la nariz tenía dos pequeños cuernos nasales, y no había dientes en el frente del hocico.

Teoría sobre el origen del mito del grifo

La investigadora del folklore y de la historia científica, Adrienne Mayor de la Universidad de Stanford, ha sugerido que los fósiles magníficamente preservados de Protoceratops y otros dinosaurios con pico podrían ser la base para el mito del grifo. Los antiguos nómadas escitas que extraían oro en los montes Altai y Tien Shan de Asia Central, pudieron encontrar casualmente algún resto de estos animales y elucubrar a partir del pico que se trataba de enormes bestias voladoras, a los que bautizaron como grifos. Los grifos son descritos como cuadrúpedos del tamaño de un leon, con enormes garras y un pico similar al de aves rapaces, que ponían sus nidos en nidos en el suelo.

Los escritores griegos comienzan a describir al grifo alrededor de 675 A.C., al mismo tiempo que tuvieron contacto con los escitas. Los grifos fueron descritos como guardianes de los depósitos del oro en las colinas áridas y las formaciones de la piedra arenisca roja de las tierras yermas. Las montañas vecinas de la región de Mongolia y China de donde se encuentran muchos fósiles de Protoceratops son ricas en oro, dando cierto crédito a la teoría que estos fósiles eran la base de los mitos del grifo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *